...:::Bienvenidos ONG EMANUEL LASKER:::...

E-mail escrito por el GM britànico Nigel Short


(Enviado a la lista de correo rec.games.chess.misc. el 9 de setiembre del 2001.).



GM Nigel Short


BOBBY FISCHER, EL GENIO

En 1972 yo era un niño de nueve años apasionado por el ajedrez.

Desgraciadamente, ninguno de mis compañeros de clase compartía mi afición - era un placer reservado para mi padre, mi tío, un par de amigos de la familia y yo mismo.

Bobby Fischer cambió todo eso. Su encuentro en Reykjavik contra el ruso Campeón del Mundo Boris Spassky ese verano llevó al ajedrez a las primeras planas de los periódicos de todo el mundo. Para el mundo en general fue una lucha simbólica entre ambos superpoderes en el momento álgido de la Guerra Fría.

Por supuesto, no tenía ese significado para mí. En cambio, era la validación del juego que amaba, prueba de que el ajedrez era capaz de desembocar legítimamente en fama y fortuna. Desde ese momento - el momento en que supe que era posible - decidí que me convertiría en jugador profesional de ajedrez.




SPASSKY vs FISCHER, Match por el Campeonato del Mundo, Reykjavik 1972


La fama de Fischer creció a cotas aún más altas después que venció en el match - el Americano solitario contra el poderío de todo el establecimiento ajedrecístico soviético, que, según él, había "amañado el ajedrez mundial".



GM NIGEL SHORT. REALMENTE SU RIVAL ERA BOBBY?


Esa fama fue quizás aún mayor a causa de su excentricidad. No se presentó a la segunda partida del encuentro con Spassky porque decidió que no quería jugar frente a las cámaras de televisión, que poco después acataron su voluntad y no registraron el evento histórico.


El terror de Fischer a los medios de comunicación modernos fue quizás una de las razones por las que el recientemente coronado campeón, después de su victoria sorprendentemente fácil ante el Spassky hasta entonces sólido como una roca, simplemente desapareció durante veinte años. Ni siquiera se sabía donde estaba, aunque se sospechara de Hungría, donde, se decía, había encontrado - por primera vez en su vida - una compañera.




Ex Campeòn del Mundo, Boris Spassky. Una de las personas que mejor conocieron a Robert James Fischer


Entonces, en 1992, atraído por el cebo de un fondo en premios de 5 millones de dólares, Fischer emergió súbitamente para jugar un match revancha de vigésimo aniversario contra Spassky en el entonces estado paria de Serbia. Habiendo sido advertido por el gobierno de los Estados Unidos que estaba en violación del embargo decretado contra Serbia - hecho que no le afectó en lo más mínimo - Fischer fue rápidamente procesado por un gran jurado federal el día en que se hizo con el premio de 3,350,000 dólares que le correspondió por ganar el encuentro.





FISCHER y SPASSKY match Sveti Stefan, 1992


Por supuesto, ganó: Su juego, para asombro de muchos, considerando su retiro de 20 años de duración, fue por momentos incandescentemente brillante. Y luego, volvió a desaparecer - y una vez más nadie supo exactamente, ni siquiera aproximadamente de su paradero.

Yo tampoco lo sé. Y sin embargo he estado hablando con él. Y he estado disputando matches de ajedrez contra él. Por lo menos estoy el 99% seguro de que así es. Si les estoy pareciendo misterioso, permítanme explicarme. Aun cuando no esté disputando torneos oficiales, soy tan desesperadamente adicto que me gusta jugar o conversar con mis colegas, los Grandes Maestros. Gracias a la gloria del ciberespacio, una forma agradable de encontrarlos y pasar un buen rato es el Internet Chess Club o ICC. Allí puedo jugar partidas de tres minutos o "blitz", como se conocen en el mundo del ajedrez, contra oponentes de cualquier parte del mundo, o simplemente chatear, si no estoy con ganas de jugar.

El año pasado estaba conversando, en mi ciberlugar favorito, con el Gran Maestro griego Ioannis Papaioannou cuando me contó, muy excitado, una historia harto improbable sobre haber estado jugando al blitz contra Bobby Fischer en el Internet Chess Club. No pude evitar reirme, un poco como lo hubiera hecho si mi amigo hubiera pretendido haber visto al monstruo del Lago Ness.


GM IOANNIS PAPAIOANNOU, de GRECIA

La idea de que Fischer milagrosamente hubiera desafiado a un jugador griego relativamente oscuro a unas cuantas docenas de partidas amistosas, sin cobrar por añadidura, no era creíble.

Sin embargo, hubo algo en la seriedad de Ioannis que plantó una semilla pequeña de credulidad en mi mente. Después de todo, en el Internet el notoriamente escurridizo Fischer podría jugar al ajedrez y permanecer invisible, indetectable.

No pensé más en ello hasta unas pocas semanas más tarde, cuando entré una noche en el ICC. Me abordó una persona que dijo ser un intermediario que me preguntó si estaba dispuesto a jugar contra un guest, que, me aseguró, era un fortísimo jugador que deseaba preservar el anonimato. En ese momento el jugador de marras estaba fuera cenando, pero ¿quizá podríamos estipular una hora de común acuerdo para más tarde? Utilizaría una palabra clave, de forma que yo pudiera estar seguro de que se trataba del hombre indicado. Pensé que este "intermediario" era un fraude o un bromista (en Internet abundan) pero, con la remota esperanza de encontrarme al monstruo del Lago Ness del ajedrez, asentí.




La hora convenida para el desafío llegó . . . y pasó. Seguí por allí un poco más de una hora, pero no hubo señas de vida de Fischer, ni por cierto de ningún otro desafiante.

Me olvidé del incidente hasta unos meses más tarde. Acababa de regresar de la Olimpíada de Estambul en octubre pasado y entré perezosamente en ICC por la noche. De repente me abordó un guest utilizando la palabra clave convenida. Mi corazón dio un vuelco. ¿Podría ser Bobby Fischer?

Antes de comenzar me sorprendió pidiéndome que saliera de Internet y volviera a entrar como guest. El pedido tenía un doble propósito: el primero que ambos permaneciéramos anónimos. Cuando entro en el ICC con mi nombre verdadero hay un aviso automático de mi llegada a los presentes. De esa forma quien quiera presenciar mis partidas (habitualmente lo hacen docenas y a veces hasta cientos de personas) está alertado. Pero el segundo punto, tan significativo como el primero, es que las partidas no quedarían registradas en el sistema, como lo son automáticamente cuando entro como el Gran Maestro N.D.Short. Hice lo que me pidió y comenzaron las partidas.


Fischer con Fidel Castro, en el transcurso de la Olimpìada de La Habana 1966

El límite de tiempo fue de tres minutos por partida para cada jugador. Mi oponente invisible comenzó con algunas jugadas altamente irregulares, hasta absurdas - moviendo todos sus peones adelante una casilla. Eran jugadas que ningún Gran Maestro jamás jugaría. De inmediato me sentí víctima de una broma de mal gusto. Pero entonces me percaté de otra cosa. Desde una deliberadamente poco prometedora posición emergieron jugadas extraordinariamente poderosas. En esta primer partida fui totalmente aplastado.

Me tomé más precauciones en la segunda partida, pero con el mismo resultado. Sus aperturas fueron aún más audaces - 1. . .f6 seguido de 2 . . .Rf7 y de 3 . . .Re6, exponiendo su propio Rey a un asalto inmediato - fue uno de los gambitos extraños y sin precedentes. Era como si deliberadamente intentara ponerse en desventaja. Sin embargo, me ganó otra vez.

Después de ocho partidas y ocho derrotas me disculpé por mi pobre actuación y me fui. Antes le sugerí que volviéramos a jugar la noche siguiente cuando estuviera menos exhausto.

Al otro día nos encontramos según lo acordado. Estaba menos cansado y jugué mejor, hasta logré ganar un par de partidas, pero no obstante mi resultado final fue otra vez decididamente negativo. Mi oponente movía con rapidez asombrosa. Su mecanografía era también muy veloz, porque chateamos sin cesar durante nuestras partidas. A menudo, cuando yo estaba corto de tiempo, añadía segundos a mi reloj para poder ganarme por la posición, y no por tiempo. De los centenares de mis adversarios en ICC - incluyendo algunos de los mejores Grandes Maestros del mundo - ninguno jamás había adoptado actitudes semejantes. Era amable, gracioso, y obviamente estadounidense, a deducir de su lenguaje y patrón de conversación. También estaba evidentemente muy familiarizado de manera un tanto cotilla con las figuras más importantes del mundo del ajedrez en la década de los 60 - el período de mayor actividad de Fischer.

Sin embargo, tenía dudas. ¿Cómo sabía que no se trataba de un impostor utilizando un ordenador? Era remotamente posible que un programa de ordenador extraordinariamente potente jugara ajedrez rápido con esa fuerza. Pues bien, no puedo estar 100% seguro, pero su juego simplemente no se parecía al de ningún programa que conozca. Y además, los ordenadores no cometen errores adrede. Quise probar a mi antagonista un poco más, así que me inventé unas cuantas preguntas capciosas a medida que jugábamos, Por ejemplo, le pregunté: "¿Conoces a Armando Acevedo?" El señor Acevedo es un oscuro jugador mejicano que no está ni cerca de la fuerza de un Gran Maestro. La respuesta de mi oponente fue instantánea, aunque críptica: "Siegen 1970". Pues si examinan el libro del torneo de la Olimpíada de Siegen comprobarán que Bobby Fischer se enfrentó a un tal Armando Acevedo en una de las rondas preliminares.

Obviamente me estaba enviando un mensaje. En ningún momento le pregunté a mi oponente: "¿Estoy jugando contra Bobby Fischer? Sin embargo, le pregunté quien era el jugador de rápidas más fuerte que había enfrentado. Su respuesta fue: "Si fuera el que tú piensas que soy te diría que Mikhail Tal". Tal, el brillante ex-Campeón Mundial de ajedrez, le propinó a Fischer una serie de derrotas contundentes cuando ambos se enfrentaron en la década de los 50. Describí mis experiencias al hombre que conoce a Fischer tan bien como cualquier otro - Boris Spassky, su antiguo rival - cuando lo encontré en Zurich este año. Boris consideró que era muy probable que me hubiera encontrado con el escurridizo genio. Cuando le dije que, al contrario de lo que se piensa, no parecía estar loco ni mucho menos, Boris contestó: "Por supuesto no lo está".


Jugué con el hombre que creo que es Bobby Fischer en dos oportunidades más - un total de 50 partidas, la última de ellas en mayo, no acercándome ni remotamente a puntuar el 50%. Por comparación, puntué el 50% (seis puntos de doce partidas) la última vez que me enfrenté a Kasparov en ajedrez rápido, en Francia en 1995. Fischer es en mi opinión, por lo tanto, un jugador de rápidas mucho más fuerte que Kasparov, lo que resulta increíble cuando uno toma en cuenta que a los 58 años es virtualmente un caso geriátrico en terminos del juego profesional moderno.

Hay que tener en cuenta que Fischer fue un prodigio de precocidad - fue campeón de los Estados Unidos a los 14 años - o sea que es un genio que puede trascender la biología normal. Iba a mantener esta historia en secreto, pero es evidente que la actividad de Fischer en ICC de a poco se empieza a conocer. (El Gran Maestro Inglés Jim Plaskett me dijo que él también ha jugado contra Fischer en el ICC. Jim también comprobó que su oponente jugaba aperturas extraordinariamente débiles para emparejar las cosas. Por desgracia, Jim, al igual que yo, fue aplastado como un escarabajo). Sería sólo cuestión de tiempo antes de que otra persona publicara algo al respecto.



GM JIM PLASKETT, otra vìctima de Fischer??

He descubierto tres o cuatro personas que cuentan una historia similar, aunque la fiabilidad de la evidencia de alguna gente está condicionada por el hecho de que, de acuerdo con los administradores de ICC, hay en ICC por lo menos tres impostores intentando impersonar a Fischer: dos aficionados manipulando programas de ordenador y un Gran Maestro.

Sería maravilloso poder publicar una de mis partidas contra Fischer. Para mí son lo que una sinfonía inédita de Mozart sería para un amante de la música. Desgraciadamente no tengo registro de ninguna de ellas y, aunque lo tuviera, sería una falta de etiqueta publicarlas. Fischer sin duda se pondría furioso al verlas. Desgraciadamente, ya puedo haber estropeado mis posibilidades de volver a jugar contra él al hacer estas modestas revelaciones. Espero que no.


PASAPORTE ISLANDES DE FISCHER



Fue un honor y el más grande de los placeres pasar unas pocas horas con Robert James Fischer - aún cuando de hecho nunca nos hayamos estrechado la mano.

0 comentarios: