...:::Bienvenidos ONG EMANUEL LASKER:::...

DAVID BRONSTEIN:

En una ocasión, Bronstein tardó 40 minutos en mover su primer pieza! y luego ganó la partida, ¡un fenómeno! Cuando le preguntaron por qué, respondió mirando fijamente al tablero: "Estaba pensando donde había puesto las llaves de mi casa".

CARLOS TORRE:

Se cuenta que un extranjero llegó a jugar a un club de ajedrez, preguntando quien era el mejor jugador. Le dijeron que era un viejecito que en ese momento se encontraba jugando (era el mismísimo Carlos Torre)

Jugaron una partida y Torre se dejó perder y le dijo a su adversario "creo que perdí porque mi dama me estorbó toda la partida. Te la doy de ventaja" y así jugaron y Torre le ganó todas las partidas siguientes y su adversario se fue convencido de que era mejor jugar sin dama.

WILHELM STEINITZ:

El campeón del mundo Steinitz jugaba en un café apostando con otras personas. Un jugador mediocre de ajedrez iba todos los días a retarlo, aunque siempre perdía. Esto representaba un ingreso fijo para Steinitz. Un día, un amigo del campeón le dijo que dejara ganar a su "cliente" de vez en cuando para que no se desanimara y continuara retándolo y pagándole. Steinitz siguió el consejo: comenzó con una mala apertura, sacó a la dama prematuamente y después de unas jugadas su adversario le capturó la dama por lo que Steinitz abandonó. Su adversario exclamó "¡Por fin he conseguido mi objetivo, he derrotado al gran Steinitz!". Después de eso nunca volvió a retarlo.

MORPHY Y STAUNTON:

Morphy y Staunton estaban en una partida muy complicada cuya secuencia favorecía a Staunton. Morphy pensaba y pensaba, hasta que de manera inconsciente, Morphy dice: "me falta un tiempo", en alusión claro está, a la falta de una jugada para salvar la situación, entonces, Staunton no pierde la oportunidad y lanza una burla para que todos los presentes lo escuchen, agarra la campanilla, la hace sonar y llamando al conserje dice: "por favor, por favor, me hace el favor de buscar un tiempo, que se le ha extraviado al sr. Morphy".

MIGUEL TAL:

1. Una del gran Mihail Tahl. En unas olimpiadas estaba el equipo peruano pimponeando (blitz) hasta que llego Tahl cargado de cosas a la villa olímpica y viendo que el equipo peruano estaba jugando el ajedrez relámpago les dijo "ahora regreso, voy a dejar estas cosas y vuelvo para jugar". Apenas se fue Tahl el equipo peruano desapareció, cuando regresó Tahl a jugar, no encontró a nadie, pues es bien sabido la fama del gran Tahl en el blitz.

2. Un gran maestro se dirigió un día a Tahl y le dijo:

"Micha, hoy salgo en la televisión, ¿Qué debo decirle a los teleespectadores?"

"que escuchen la radio, ¡mañana soy yo quien sale!" -respondió Tahl

BOBBY FISCHER:

En unas simultáneas, Fischer ganó la dama a su rival, y éste volvió a ponerla en el tablero al irse el americano. Continuó el juego normalmente y el hombre se vanagloriaba ante los espectadores de que el genio no se había dado cuenta. Siete jugadas más tarde, Fischer volvió a ganarle la dama, y esta vez se la metió en el bolsillo y se la llevó, sin mediar palabra.

TIGRAM PETROSIAN

En una importante competición, Petrosian tomó la dama para ejecutar una jugada. Al instante se dio cuenta que al mover la dama quedaba totalmente perdido, así que metió la dama en su taza de café como si se tratase de un error mecánico y luego pidió disculpas a su rival.

AARON NIMZOVICH

Jugando Nimzowitch con Maroczy, éste último sacó un cigarrillo y lo dejó sobre la mesa. Nimzowitch protestó al árbitro, Vidmar, y éste le contestó que Maroczy no estaba fumando, pero Nimzowitch agregó: "Usted es maestro y sabe que la amenaza es más fuerte que la ejecución".

EMANUEL LASKER:

1. Cuentan del Campeón Lasker, que viajando por Alemania, recaló en un bar donde había varios parroquianos jugando al ajedrez. Tras jugar varias partidas con un aficionado y vencerle en todas ellas sin inconvenientes, éste le dijo: "Amigo, Ud. debe ser un gran jugador de ajedrez. ¡Fíjese que a mí me dicen el Lasker del pueblo!"

2. Lasker, antes de ser campeón del mundo durante 20 años, era muy pobre... tan pobre que se veía obligado a compartir unos pantalones con su hermano mayor, de manera que ambos no podían salir simultáneamente a la calle...

ADOLPH ANDERSSEN:

Con ocasión del Torneo de Londres de 1862, se jugaron varias partidas de exhibición que hicieron las delicias de los espectadores. Una de ellas fue en consulta entre Anderssen, Dubois y Paulsen, que llevaban piezas blancas, contra Lowenthal, Boden y Kennedy. Antes de empezar, Anderssen se dirigió a sus dos compañeros en consulta y les dijo: "Hemos de distribuirnos el trabajo, así que Paulsen hará las jugadas precisas; Dubois hará las brillantes, y yo haré las malas."

BERNSTEIN Y BOGOLJUBOV:

El gran maestro Bogoljubow había engordado un poco. Bernstein que no lo había visto desde hacía algún tiempo le dijo:
"¡Cómo ha cambiado colega, ahora si parece un verdadero peón doblado!".

JOSE RAUL CAPABLANCA:

Cuenta la leyenda que hace ya muchos años, el todopoderoso Capablanca jugó con un experto ajedrecista de Nueva York. Olvidando momentáneamente que era invencible, Capablanca perdió. Ante este imprevisto resultado, los espectadores se quedaron asombrados. ¿Como un campeón del mundo había perdido contra un jugador muy inferior a él? - ¿Cuántas jugadas puede usted preveer sobre el tablero?, le preguntó un aficionado a Capablanca. - Al menos diez, respondió el campeón del mundo. - ¿Y cuántas jugadas puede usted pensar por adelantado?, le preguntaron al ganador de este particular encuentro. Y él replicó: - Sólo una. - Aquí hay una confusión: ¿cómo un jugador que sólo puede pensar por adelantado una sola jugada, derrota a otro que puede pensar diez? Entonces el vencedor explicó: -Yo pienso una sola jugada, ¡pero es siempre la mejor!

TAL Y FISCHER:

Durante la Olimpiada de Varna de 1962, Tahl decidió hacerle una pequeña entrevista a Bobby Fischer. He aquí un breve recuerdo de Mihail sobre la misma que refleja claramente como las gastaba Fischer cuando sólo tenía 19 años! "La primera cuestión que te plantearé es: ¿A quién consideras el jugador más fuerte del mundo?" Me miró muy sorprendido, de modo que corregí la pregunta: "Aparte de ti, por supuesto". Me miró atentamente y respondió: "Bueno, tú no juegas muy mal...".

STEINITZ Y ANDERSSEN:

Cuando los dos se encontraron en el Torneo de Londres de 1862 pronto se hicieron muy amigos, y al margen del torneo jugaron entre sí con frecuencia. A la hora de la despedida el diminuto Steinitz estrechó la mano del inmenso Anderssen, y sabiendo de su también escasa disposición para escribir cartas le dijo:
- Profesor, cuando yo le escriba no ha de contestarme usted.
- Yo nunca contesto— le replicó Anderssen.
- Y yo nunca escribo...— concluyó Steinitz.

RATHMIR KHOLMOV:

Durante la gran época de Bobby Fischer, Kholmov fue capaz de derrotarlo llegando a la sala de juego completamente borracho. Se trató de una de las raras ocasiones en las que Fischer fue limpiamente superado de principio a fin, con las piezas negras y en una apertura española. La Federación Soviética lo suspendió un año de los torneos por su desmedida afición al alcohol.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente artículo, muy divertidas las anéctodas (sean no o ciertas, son muy graciosas!)

Anónimo dijo...

Para redondear la anecdota de WILHELM STEINITZ, diría que hay que prevenirse de los consejos de los amigos, por que aveces viniendo del corazón no siempre le dan la mano a la razón, sino preguntenle a Wil.DPR