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Cuadro de Miguel Najdorf en el Club Argentino de Ajedrez

Jugar ajedrez en copas

Fue magnético el festival de ajedrez Ciudad de la Cerámica.El ajedrez puede ser espectacular. Basta con sabérselo montar. El Auditorio de Manises estaba hasta la bandera y el público se lo pasó muy bien con las pantallas gigantes y la retransmisión en video de las partidas rápidas.
Arizmendi, el mejor jugador valenciano, le empató las tres partidas de la final al gran Karpov. Hubo emoción y calidad en el juego. Los responsables del Club Valencia Ajedrez son personas serias, trabajadoras e imaginativas. Hay un antes y un después en el ajedrez de nuestra Comunidad con el festival de Manises. Hemos dejado atrás el provincianismo para ofrecer cosas con atractivo internacional. Podemos ser los líderes europeos en este apasionante juego-deporte-ciencia.
Poco antes del festival, entrevisté a Karpov. Me contó una anécdota deliciosa. Le comenté que los artistas con una copa de más crean a menudo obras espléndidas. ¿En ajedrez puede pasar lo mismo? Karpov, que no bebe ni fuma, negó tajante: "Con alcohol en el cuerpo se juega mucho peor que en condiciones normales; ajedrez y bebida están reñidos''.
Di por buena la respuesta. Pero Karpov, de pronto, hizo una excepción. "Aunque hay casos especiales'', me dijo. "Una vez, el polaco-argentino Nadjorf, que jugaba un torneo de varios días de duración, vió derrumbado en un sillón del hotel al jugador contra el que se enfrentaba esa tarde. Quiso animarle y le invitó a una copa''. El deprimido ajedrecista aceptó encantado.
Después de una copa, vino otra y otra. Todas las pagó Najdorf. Su contertulio había resurgido, parecía otro. Nadjorf se sentía culpable, porque pensaba que su adversario, cada vez más colocado, jugaría esa tarde rematadamente mal.
No fue así. El "resucitado'', con claros signos etílicos, hizo una partida formidable y barrió del tablero a Nadjorf. Sorprendentemente, poco antes del remate, el beodo le pidió tablas. "¿Me pides tablas? No lo entiendo, la tienes totalmente ganada'', comentó Nadjorf sorprendido. "Es una manera de agradecerte las copas que me has pagado. Estoy sin blanca y yo, si no bebo, juego muy mal. Sólo las veo a partir del tercer whisky''.
(Rafa Marí, en "Las Provincias", Valencia, 17/06/2001)


Najdorf observa, mientras Karpov medita su plan

Juego con blancas, gano. Juego con negras, gano.

Aclaración del Sr. Antonio Torrecillas: Acerca de aquella curiosa anecdota. Hebert Pérez reclamó que es falsa y pusisteis la reclamación, pero me parece claro que Hebert no se leyó bien lo que pone pues la persona que explica la anécdota (NN) se refiere a una partida entre él y Hebert y cuenta que le pide la opinión a Najdorf sobre esa partida (NN-Hebert), en ningún caso se dice que Najdorf jugara la partida. Por tanto la anécdota puede ser cierta. (a no ser que Hebert no suspendiera nunca una partida con NADIE). El autor dice: "La anécdota que a continuación transcribimos es, por lo tanto, falsa." Anecdota: "Una vez tenía una partida suspendida con Hebert Perez por un Abierto del Círculo, y me acerqué a Don Miguel y le pedí una opinión de la posición en suspenso...". Hebert Perez: "Allí se dice que Najdorf tenía una partida suspendida con Hebert Pérez, etc., etc... Pero es totalmente falso, puesto que con Najdorf sólo jugué una vez y la partida no se suspendió. ..."
(Antonio Torrecillas, 16/06/2001)

Corrección del maestro Hébert Pérez García: Luego de publicada la siguiente anécdota, hemos recibido una importante corrección-aclaración del maestro Hébert Pérez García, cuyos párrafos principales transcribimos a continuación: "... Allí se dice que Najdorf tenía una partida suspendida con Hebert Pérez, etc., etc... Pero es totalmente falso, puesto que con Najdorf sólo jugué una vez y la partida no se suspendió. Mi encuentro con Najdorf lo jugué en la última ronda del fuerte torneo abierto de Mar del Plata de 1974. Ambos éramos los únicos lideres del evento (186 participantes) y nos jugamos por ende el honor de ganarlo en "solitario". La partida comenzó al inusual horario de las 8 de la mañana y concluyó alrededor de la 1 de la tarde con la victoria de nuestro querido e inolvidable "viejo". Lo que sí me asombró de Najdor, fué su increíble vitalidad que le permitió analizar largamente en el postmorten, hacer una breve pausa para comer ligeramente y luego incansablemente irse a pingponear con todos a un bar hasta la entrega de premios a la seis de la tarde. ¡Fabuloso a sus 64 años!..."
La anécdota que a continuación transcribimos es, por lo tanto, falsa. Pero por el presente medio solicitamos a "El Trebejista" (tal el pseudónimo de nuestra fuente informativa), a que complete-corrija-aclare, su anécdota. Seguramente se ha confundido al maestro Pérez García con algún otro ajedrecista. Confiamos en que pronto pueda ser aclarado este pasaje.

GM Miguel NajdorfEl día 22/01/2000 recibí una anécdota de Najdorf que no conocía. Se las transcribo:
"Tengo una anécdota muy buena que me sucedió con el viejo Zorro, el Grande Najdorf: Una vez tenía una partida suspendida con Hebert Perez por un Abierto del Círculo, y me acerqué a Don Miguel y le pedí una opinión de la posición en suspenso; luego de analizarla me preguntó: ¿Quién mueve?... -El negro maestro, le respondí. Refunfuñó y me dijo: -Esto está ganado por el blanco, -mientras me explicaba todos los agujeros que presentaba el negro y el ataque imparable del blanco hacía estragos en la débil defensa negra. -Creo que sí, pero yo juego con negras Don Miguel... -Ahhh!, entonces gana el negro. -¿No me dijo que ganaba el blanco maestro? -Ah ¿si?, ¿de que forma?, demuéstremelo. Entonces tomé la conducción de las blancas e intenté hacer todo lo que me había explicado en su análisis para reventar a las negras como el "Zorro" me había enseñado. ¡Sorpresa! Encontró una jugada con la que aparentemente el negro quedaba superior. Ese análisis me demostró que el blanco no ganaba, sino que el negro se quedaba con material de más y a la postre con ataque. -¡Qué grande maestro!, entonces gana el negro... le dije entusiasmado. -Depende.- me contestó, ¿de que manera?, juega con negras... Intenté con negras hacer la variante ganadora descubierta por Miguel, sucedió lo mismo que cuando jugaba con blancas, encontró una jugada que echaba por tierra todas mis esperanzas en la partida, y volvió a ganar con blancas. -Maestro, ¿quién gana, el negro o el blanco? -Depende, respondió con una carcajada, si juego con blancas, gana el blanco; si juego con negras, gana el negro. Los maestros que estaban presente en ese análisis: Atila de Leon, Bernardo Wexler, Carlos Guimard, Adolfo Miño, Jaime Emma, todos quisieron refutarlo con ambos colores. Siempre me quedó la duda si ganaba el blanco o el negro, lo cierto es que yo perdí la suspendida. Pero estoy seguro que si la hubiese jugado el viejo, la ganaba sin lugar a dudas, sin desmerecer la capacidad de Hebert. La posición la tengo guardada en mis archivos de partidas, pero nunca podré saber quien estaba mejor. La última imagen que ví de Najdorf fué esa noche, cuando se retiró me hizo un guiño y a modo cariñoso de chiste me dijo: -Juego con blancas gano, juego con negras gano.
De eso no me quedan dudas, "El Viejo Zorro era así". Esa noche y esa carcajada quedará en mi recuerdo, como lo más hermoso que he vivido en mi vida ajedrecística".

El trebejista

La anécdota "no ajedrecística" de Najdorf

En el nº 106 de "JAQUE" (España), el MI Ricardo Calvo escribió una interesante nota sobre la personalidad de Miguel Najdorf.
En un párrafo dice: "Najdorf no es una personalidad que pase desapercibida. ... Hay un tipo de fuerza, o de energía, o de vitalidad, llámese como se quiera, que arrastra, atráe la atención, enreda o desenreda (en general, me parece que enreda), y agita como un remolino los remansos del espírutu aparentemente más estructurados, de quien, por suerte o por desgracia haya irrumpido en su campo de acción ... Es permanentemente fiel a su verdad propia: ese entusiasmo vital que parece arrancar de los estratos más primitivos de su persona, que la traspasa y que, pasando a través de él, desestabiliza a quien lo acompaña... No es bueno ni malo, es así.
Sin dudas muy acertada la descripción de Calvo. Y si no lo creen, vean lo que me pasó con él.
Salí de la oficina donde trabajo para hacer algunos trámites, y, en plena calle Corrientes, me topé con él.
"¡Hola, Jorgito. Vení conmigo al cine. Película genial, sensacional. Vamos, vamos!"
Esa "fuerza que arrastra" a la que hacía mención Calvo ya me estaba atrapando. Me tomó del brazo y comenzó a "llevarme" para el cine. "Pero don Miguel, no puedo ir ahora, tengo mucho trabajo", le dije. "Pero no, viejo, que trabajo ni trabajo. Vamos al cine. Película genial."
"Pero no puedo ahora, don Miguel, otro día", resistí aún. Pero no hubo caso: "Vamos, vamos. Esta película es genial", y me llevó del brazo hasta el cine. Pagó las entradas y enseguida estábamos en la platea.
Habían pasado tan solo 5 minutos desde el comienzo de la película, cuando don Miguel se levantó y me dijo: "esta película es una porquería. Yo me voy". "Pero usted no me", atiné a decir. "Esta pelícla es una porquería, chau." Y se levantó y se fue nomás...
Yo terminé de ver la "película genial", y pensé: tenía que ser don Miguel...

Jorge Szmetan


M.I. Jorge Szmetan

La tarde que Miguel Najdorf sufrió por 7 horas

El 20 de marzo de 1952, en el Club de Ajedrez Capablanca, de la Habana, se puso en marcha la última rueda del Torneo Internacional "Cincuentenario de la República".
Marchaban punteros don Miguel Najdorf y Sammy Reshevsky, con 17,5 puntos en 21 partidas. A Najdorf le tocaba con quien iba último, R. Ortega y a Reshevsky con Eduardo Lasker, que andaba por la mitad de la tabla. No parecían compromisos muy difíciles, y así fue como Reshevsky ganó muy rapidamente al cumplirse la tercera hora de juego.
Para sorpresa de todos, Najdorf estaba en ese momento siendo sometido a un tremendo ataque, y Ortega había sacrificado un caballo en 5AR. Visiblemente nervioso, don Miguel se paseaba de un lado al otro del salón, y, además del ataque de Ortega, debía soportar las socarronas miradas de Sammy, que fumando su pipa no dejaba de observa la partida. También estaban en juego mil dólares, ya que al ganador le tocaban 2.500 y al segundo solo 1.500.
Al llegar a la jugada 28, Najdorf devuelve la pieza para aliviar su juego, y en la jugada 32 encuentra un bonito golpe, que va diluyendo el ataque blanco. A pesar de ello, la partida sigue "dura"... y hay que ganar porque tablas no alcanzan. Finalmente y luego de casi 7 horas de juego, Ortega inclina su rey, y una cerrada ovación del público saluda la victoria.
Najdorf, visiblemente agotado, pero feliz estrecha la mano de los aficionados.

El día del Magnate de los Diamantes

Durante una cena con Bent Larsen, Najdorf y su señora, el danés lo bromeába, diciéndole que él venía a jugar al ajedrez para olvidarse que en pocos días se tenía que operar. Fue entonces cuando Najdorf contó la siguiente historia que le sucedió en la Olimpíada de Haifa de 1976. El certamen ya estaba por finalizar y él tenía programado ir a Nueva York a visitar familiares. Recibió entonces una comunicación de una persona que no conocía, que la citó para una conversación muy importante en Tel Aviv.
Don Miguel acudió, sorprendiéndose al llegar al edificio, que era el mismo donde se filmó la película "El robo de un millón de dólares", al advertir la cuidadosa custodia y la estricta revisación que se efectuaba para permitir el ingreso. Al llegar a la oficina de ese señor, ya cayó en la cuenta de que se encontraba en uno de los centros de diamantes más importantes del mundo, y esta persona era un multimillonario, que lo hacía esperar un rato mientras realizaba importantes negocios. Don Miguel quedó atónito ante las "cifras" enormes, que se barajaban en los negocios con aquellas "piedritas", que estaban sobre una mesa.
Finalmente fue atendido y se le explicó el motivo de la cita. A este señor hacía poco tiempo que le había fallecido la esposa, y quería distraerse. Aprovechando la Olimpíada había indagado sobre los maestros que estaban y resolvió llamar a Najdorf, a quien formuló la siguiente proposición: "Deseo que se quede durante una semana a jugar partidas conmigo (a pesar de que soy un "chambón)". Don Miguel le contestó que no le era posible, ya que debía volar con urgencia a Nueva York. Finalmente el señor consiguió que se quedara un día, y le dijo:" logicamente le voy a pagar, ¿le parece bien 3.000 dolares?"
"¡Que iba a hacer!, tuve que aceptar", nos dijo Najdorf mientras Larsen y yo nos mirábamos sorprendidos.

Sergio Markeluk


Larsen y Najdorf

La Memoria de Najdorf

Una de mis grandes condiciones fue siempre la de poseer una gran memoria. Esto me ha permitido una vez obtener el record mudial de simultáneas a ciegas y muchas veces sorprendí a los especialistas memorizando grandes listas de números y objetos, y repitiéndolos luego en correcto orden sin errores.
A raíz de esto, quiero contarles algo que me sucedió. José María Carbone es un fuerte jugador de 1º categoría, y frecuentemente nos sentamos a jugar unos "pimpones".

El tiene sus propias ideas para jugar contra mis defensas favoritas, la India del Rey y la Benoni, que consisten principalmente en jugar CR2R y C3C. Generalmente lograba crearme algunos problemas en la apertura, y aunque yo ganara luego las partidas, no era precisamente por salir bien de los planteos.
Una tarde quise averiguar que decían los libros sobre esta línea, ya que hoy en día muchas dudas se resuelven con sólo consultarlos. Entonces: ¡Que sorpresa me llevé! El modelo recomendado correspondía al de la partida Ivkov-Najdorf, de la Olimpíada de la Habana, 1966.¡O sea que yo mismo había refutado la línea hace 14 años!, y no lo recordaba. Por una vez mi memoria me había traicionado.

Miguel Najdorf

ULTIMA ENTREVISTA A MIGUEL NAJDORF (1997)

­¿Qué siente al organizar sus torneos?
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Una gran alegría. Este es el octavo torneo que organizo dándole posibilidades a los muchachos. Nuestro ajedrez adelantó una enormidad. En ocho torneos conseguimos muchos Grandes Maestros. Por eso trato de escribir y organizar torneos, para devolverme a mi patria lo que yo he recibido. Mi familia, por tradición, lo seguirá haciendo...
­

¿El ajedrez es popular en la Argentina?
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Es una pasión. El ajedrez despierta un gran entusiasmo que se lo ve no como en el fútbol en la cancha, sino cada uno con su tablero reproduciendo las partidas. Hace poco me brindaron una gran ovación en la cancha de Boca, y di suerte: ganó Boca 6­1 a Gimnasia y Esgrima...
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¿Qué significa el ajedrez para usted?
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Al ajedrez le debo mucho. Sigo siendo campeón del mundo de partidas a ciegas. He jugado 45 partidas sin ver, de las cuales gané 39, empaté 4 y perdí 2. Este récord no ha sido superado. Mi pasión máxima es el ajedrez después de mi familia, antes era al revés. El ajedrez es el reflejo de la vida.

­¿Y qué fue su vida, don Miguel?
­

Todo el mundo ya conoce mi historia. Nací en Varsovia, estudié, tenía familia, esposa, hija, padre, madre, cuatro hermanos, vine una semana antes de la Segunda Guerra Mundial acá a Buenos Aires y perdí a todos mis seres queridos, no me quedó ningún pariente. Y el ajedrez me enseñó a perder, si hasta Kasparov perdió con las máquinas, je, je, je... No hay campeón que no sepa perder. Siempre dije que cada partida que pierdo se me cae un pelo, ¡imagínese cuántas partidas he perdido en mi vida!

¿Y Argentina?
­

Acá tuve la suerte de empezar de nuevo, aprender un idioma nuevo, adaptarme a una patria nueva. La mejor jugada que hice en mi vida fue quedarme en este país. Aquí formé mi hogar, tengo dos hijas, nietos... Significa que supe perder, pero que también tuve una vida muy feliz.


Miguel Najdorf, "El Viejo"

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno!